15.10.09

Seis respuestas sobre una muerte


[Paysage marine, Nicolas de Staël]






1.
Nosotros caminamos juntos muchos kilómetros por las aceras y un río de automóviles iban en sentido contrario a nosotros, sus faros nos iluminaban el alma ebria.


2.
Lo cierto es que yo no recuerdo nada, cuando vienen los recuerdos hago lo posible por evitarlos. Me es insoportable recordar. Cuando lo hago lloro tanto que ya existe un mar que lleva mi nombre.


3.
Habíamos escuchado más de 20 discos. Estábamos acostados mirando a la pared; el último, que no recuerdo cuál era, lo repetimos seis veces. Hablamos todo el día y la noche de Lucía y de lo triste que era la vida a los 17 años.


4.
¿Pero qué más podíamos hacer si teníamos el tiempo encima? Los planes a futuro. Piensas en la respuesta correcta, en la estrategia, en el próximo paso, el plan. Pensar es el perro que espera acostado junto a su moribundo dueño a que muera.


5.
Sucumbimos a los besos de las chicas más feas y a veces de las más lindas. El hecho es que los cuerpos siempre se están llamando; te incitan a pelear, a abrazar, a bailar, a caminar, a mutilar. El espíritu es algo de otro mundo… No, no sé para qué podría servirme.


6.
Intercambiamos el agua por el ron, el aire por el humo y la paz por la guerra. Cometimos miles de errores de los cuales no nos arrepentiremos de la mayoría. Considero que no es posible pensar en la felicidad y en la plenitud, pero puedo asegurarte que él nunca pensó en ellas, sino que las hizo.


6.1
Las cosas no deben medirse por su duración, la vida consiste en dos o tres anécdotas, una de ellas debe ser forzosamente frente al mar. No más.





Dedicado a Jaime Hurtado. Adiós amigo